Miguel Urabayen was as much at home dissecting a historic newspaper graphic depicting the route of the ill fated Titanic, as he was enthusiastically and often agitatedly describing a scene from a Hollywood musical of the 1930s, a dark Almodovar film, or, telling in minute details all about the makings of a Hitchcock thriller.
Anyone who sat through one of his classes at the University of Navarra, where he taught from 1972 to 1989, and where I first met him, immediately understood what real visual journalism has always been all about. Don Miguel, as everyone called him affectionately, was the consummate visual thinker. He wore the badge of a proud visual journalist on that black beret that was, along with the friendly smile, always a part of his appearance.
Miguel died January 3 in Pamplona, Spain at the age of 91.
The headlines of his various obituaries described him as both a journalist and a cinema expert and, indeed, the dean of Spain’s film critics, a trailblazer who illuminated the way and provided stylistic clues for the art of movie reviewing. Miguel knew that both visual journalism and film were very much related; all about storytelling, he would remind me in many of our conversations. In fact, in 2010 he organized and presented in Pamplona, Spain, a cycle about War Cinema, titled “The War in Europe As Seen By Hollywood”, in which he analyzed four films, the real actions on which they were based and then, thru the use of maps and graphics, contributed to the understanding of each of the episodes narrated in the films.
The Miguel we all knew and loved was much more than that. He was a raconteur with a piñata full of fascinating stories coming from a man who had lived through decades of journalism and cinema. Miguel could make any “tertulia” the gathering everyone wanted to be invited to, as he regaled us with a variety of conversations that could turn facts about the history of magazines globally into stories you wish would not end. If the subject took him to an obscure infographic perhaps used by TIME Magazine, or Stern, decades ago, he could relive the story, the graphic and the details, down to the color palette and the numbers. He had a patient ear for his audience, and no patience at all for any graphics that used decoration instead of facts, lessons all of his students will continue to use forever.
I recall so many moments of his master classes at The Poynter Institute for Media Studies, where I directed the Graphics & Design program and would invite him as a distinguished lecturer for over 15 years.
“Oh, look at this magnificently executed graphic of a gas explosion in northern Spain,” he would tell the class, always a thin baton in hand to point to the image discussed. As he paced from one side of the screen to the other, gaining momentum and getting more excited with each bit of explanation, the class was mesmerized, then would come his clincher, “ but, the colors, the glossy paper, the look DO NOT do much to advance the story. “The facts are wrong, look at the truck in the middle of the graphic, that truck was not really at that position when the blast occurred.”
Lessons for life.
Then, like a magician ready for the big moment, Miguel would pull the white handkerchief from under his jacket sleeve, symbolically speaking, and then a new slide would appear: a simple, two column-graphic of the same event, without the trimmings, but accurate. “Accuracy is what it is all about, amigos,” he would say, taking a bow, and I always imagined that dozens of white pigeons were flying all over the classroom.
Today those white pigeons are flying up high, accompanying our very dear friend and inspiration, Professor Miguel Urabayen, to his place of rest.
Generations of students will always remember him as the grandest of all maestros,the teacher who comes in a lifetime, a fantastic human being who made it all look so easy.
Adios, Miguel, y que descanses en paz.
Spanish
El mundo ha perdido a un gran maestro, un fabuloso contador de historias, mejor amigo y un hombre a quien la etiqueta de Periodista Visual ya le quedaba corta mucho antes de que ese término se convirtiera en parte del languaje.
A Miguel Urabayen le podrías encontrar tan a gusto y en casa disectando una infografía histórica de esas que describían la trayectoria del desafortunado Titanic, con el mismo entusiasmo y algo de agitación al describir una escena de un musical de Hollywood de los años 30, o un aspecto de una enredada comedia de Almodovar, o contando en detalle el como Hitchcock conceptualizó la escena de uno de sus thrillers.
Aquellos que tuvieron la suerte de asistir a una de sus clases en la Universidad de Navarra, donde ejerció de professor desde 1972 a 1989, y donde yo le conocí por primera vez, entendió totalmente el significado de lo que es periodismo visual. Don Miguel, como todos le llamaban afectuosamente, era el ejemplo consumado del pensador visual por excelencia. Creo que llevaba la etiqueta de periodista visual en esa boina negra que era, con su perenne sonrisa, parte de su indumentaria.
Miguel ha muerto el 3 de enero en Pamplona, su ciudad natal, a los 91 años.
Los titulares de los varios obituarios aparecidos en diarios españoles lo describen como periodista y como un experto en cine. Era ambos. Y todos destacan que Miguel ha sido el decano, y un pionero entre los críticos de cine en España. Sin duda, Miguel iluminó el sendero para otros que le siguieron . Miguel siempre nos recordaba todo lo que tienen en común el periodismo visual y el cine. Ambos siempre con la meta de ir en pos de una historia. En uno de sus últimos proyectos, en 2010, Miguel organizó y presentó en Pamplona un ciclo sobre Cine Bélico, La guerra en Europa vista por Hollywood, en que analizaba cuatro peliculas, las acciones reales en que se basabam, y, usando mapas e infografias, ayudaba a explicar cada uno de los episodios narrados.
El Miguel que todos conocemos y queremos era mucho mas que eso. Era un contador de historias sin igual, con una piñata de la que saltaban historias de un hombre que había vivido mochas décadas de periodismo y cine (llegó a escribir 5000 criticas de cine desde la primera en 1953). Es por eso que Don Miguel podía hacer que tertulia en la que participara fuera a la que todos querrian ser invitados. Miguel podia empezar una anécdota sobre la historia de una revista, y el que lo escuchaba no queria que la historia terminara. Pero Miguel usualmente la seguía con una historia mejor. Y que memoria tenia el Maestro: podia no solamente contar la historia de TIME, o Stern, o de LIFE magazines, sino tambien regalarnos los mas minuciosos detalles, incluyendo la paleta de colores de una grafica, o hasta las cifras citadas. Y tenia mucha paciencia para escuchar a sus interlocutores. En sus años avanzados, cuando le fallaban los oidos, se incorporaba y se abría con una mano una oreja, como para escuchar mejor. Su curiosidad no tenía límites.
Pero no tenía paciencia alguna para una infografia que usara elementos decorativos o pocos hechos para avanzar la historia. Esas son las lecciones que nos han de servir a todos de por vida.
Recuerdo tantos de esos momentos de las master classes que Miguel dictó en el Poynter Institute for Media Studies, donde yo, como director del programa de Grafico y Diseño, le invitaba por mas de 15 años a que viniera a dictar curios.
“Miren todos esta grafica, ejecutada magnificamente sobre una explosión de gas en el norte de España,” le decía a la clase, siempre con una batuta en mano para apuntar los detalles en la pantalla. Mientras caminaba de un lado a otro para buscar la mejor posición en que presentar su ejemplo, Miguel se iba acelerando con cada explicación, mientras los participantes todos con los ojos fijados en la pantalla, le seguían, con el interés con que seguimos una pelicula o un juego de videos. Entonces sabiamos que el gran maestro estaba a punto de ir hacia la jugular de la gráfica; “ah, pero los colores y el papel brilloso, el look de esta gráfica no pueden destacar el hecho de que aquí hay mucha paja y no se hace mucho para avanzar la historia. Los hechos no son veraces. Miren ese camión en el media de la grafica, see camión, señores, no estaba de verdad en ese lugar al ocurrir la explosión.”
Lecciones del gran maestro Urabayen de por vida. Entonces, como un mago listo para el gran momento, algo asi como sacándose el pañuelote blanco de la manga de la chaqueta, de pronto aparecia una nueva diapositiva en la pantalla: una simple infografia, en blanco y negro y a dos columnas, sin nada extra. Pero veraz. “La veracidad es lo importante, amigos,” levantaba la voz, y como el mago al que le ha salido bien el truco, el Profesor hacia una leve reverencia, y yo siempre me imaginaba que docenas de palomas blancas volaban alegres por el aura de Poynter.
Hoy esas blancas palomas vuelan por lo alto con nuestro querido colega, amigo e inspiracion. El Profesor Miguel Urabayen ha ido a su descanso. Hay generaciones de estudiantes, periodistas, infografistas, diseñadores y amantes del cine que lo han de recordar siempre como uno de los grandes maestros, un fantastico ser humano que hizo que todo siempre pareciera tan fácil.
Adiós, Miguel, y que descanses en paz.
https://elpais.com/cultura/2018/01/06/actualidad/1515276535_915937.html
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